Su instalación en obra solo requiere la colocación de una armadura de unión entre piezas, el aplomo de cada elemento y verter el hormigón entre las dos laminas.
Los muros prefabricados de hormigón están formados por dos laminas paralelas de hormigón armado con una celosía interior que las mantiene equidistantes, y que en su conjunto forman las partes exteriores de los muros tradicionales.